jueves, 15 de mayo de 2008

Méliès, el mago del cine



Hay películas que lo único que ofrecen es una buena calidad en efectos especiales. También existen las que logran conjugar acertadamente lo visual con el contenido, aunque son pocas. Entre estas últimas encontramos la trilogía de Matrix (The Matrix, 1999; The Matrix Reloaded, 2003 y The Matrix Revolutions, 2003) de cuya dirección y efectos especiales estuvieron a cargo los hermanos Larry y Andy Washowsky. En estos largometrajes convergen perfectamente la filosofía de su historia con la innovación técnica.
Más allá de lo anterior, La Matrix se hizo popular por el efecto denominado bullet time, que consiste en disparar varias cámaras al mismo tiempo en una misma escena, para después editar las imágenes de tal manera que logren distintas perspectivas de una misma situación. En otras palabras, y como todos lo recordaremos, se congela la imagen y aparentemente la cámara se mueve alrededor de la escena. Aquí, los creativos hermanos innovaron e impusieron este truco como vanguardia tecnológica dentro de la cinematografía mundial, y no han parado. El último trabajo de los hermanos Washowsky lo podemos disfrutar en Meteoro, la película (Speed Racer, 2008), la que ha sido calificada por algunos críticos como “una experiencia visual sin precedentes”. En Meteoro podemos ver el futuro en efectos visuales, pero cómo empezó todo esto de la magia en el cine?
La ciencia ficción en el cine es tan longeva como el cine mismo. La historia inicia en la primera proyección cinematográfica llevada a cabo por los indiscutibles creadores del celuloide, los hermanos Lumière. Era el 28 de diciembre de 1895, en un café parisino se proyectaban las primeras películas en la historia del cine (Salida de la Fábrica Lumière en Lyon, El Arribo del Tren a la Estación Ciotat, El Regador Regado, y otras), cuando entre el público asistente no mayor a 200 personas, se encontraba el taumaturgo, director y actor de teatro: George Méliès. Éste quedó prendado del nuevo invento, decidió comprar uno de esos artilugios pero los hermanos Lumière se negaron a vendérselo, orillando a Méliès a fabricar su propio cinematógrafo.
El francés George Méliès llevó su espectáculo de teatro e ilusionismo al cine. Es el padre de los efectos especiales, aportando las “desapariciones” (conocido como sustitución de elementos) en la pantalla grande, creó el primer estudio de cine (set), la superposición simultánea de negativos (exponer varias imágenes al mismo tiempo), entre muchos otros. El truco de sustitución de elementos lo descubrió fortuitamente. Méliès se encontraba filmando un automóvil con cámara fija, en ese momento la cinta se trabó y se rompió; al momento de pegarla y proyectarla, se dió cuenta que el carro desaparece e inmediatamente después, aparece. Al mismo tiempo que nace este efecto, inventa el montaje en el cine.
Méliès filmó alrededor de 500 películas. No obstante, la fiel representante del nacimiento de la ciencia ficción en el cinéma es El Viaje a la Luna (Le Voyage Dans la Lune, 1902). Para aquellos que no han tenido el privilegio de ver este cortometraje de 13 minutos de duración, afortunadamente lo pueden observar vía internet, ya que se conserva intacto y ahora digitalizado. Como referencia, el videoclip Tonight, tonight, extraído del disco Mellon Collie and the Infinite Sadness (1996), del grupo de rock The Smashing Pumpkins, es una parodia muy bien lograda de El Viaje a la Luna de Méliès. Si bien, todo parece indicar que el futuro de la ciencia ficción dentro del cine está en manos de los hermanos Washowsky (me refiero a los efectos visuales en los que intervienen actores, porque la animación es historia aparte), esto no hubiera sido posible sin la imaginería de un mago del siglo XIX; de un ilusionista admirador del gran Robert-Houdin; de un loco para su época pero invaluable referente para la magia que ahora nos deleita las pupilas en las salas cinematográficas.

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