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España está viva en el terreno del cine de horror no sólo gracias al multigalardonado Guillermo del Toro, que aunque es mexicano, ha sobresalido con películas producidas o ambientadas en la Madre Patria (El espinazo del diablo, 2001; El orfanato, 2007, de la cual, sólo es productor), sino por otros realizadores que no son conocidos internacionalmente ya que, como casi siempre, las distribuidoras estadounidenses no se interesan por este tipo de cintas. Y como es bien sabido, si Estados Unidos no decide apoyar a determinada película, nunca tendrá una debida proyección comercial a nivel mundial.
Dos jóvenes directores y guionistas del cine de horror español son Paco Plaza (Romasanta. La caza de la bestia, 2004) y Jaume Balagueró (Frágiles, 2005), quienes han apostado por este género, realizando películas bastante decentes. En el año 2006, decidieron aliarse para escribir un guión y dirigir una película de terror no convencional; el resultado fue [REC] (2007).
Es voz del propio Paco Plaza, “la idea era hacer una película de terror que implicara al mismo espectador. Vemos muchas películas en las que somos conscientes de que se trata de una ficción (por los actores, la música…). Queríamos romper un poco con eso y recurrimos al lenguaje de televisión, que parece más veraz”. Y para la crítica en general, lo consiguieron.
La película se trata de una reportera y su camarógrafo quienes se encuentran realizando un reportaje sobre la profesión, estilo de vida y situaciones de riesgo por las que pasan unos bomberos barceloneses. Todo parece rutinario, hasta que reciben una llamada de auxilio, se dirigen hacia un edificio en el que aparentemente sólo tienen que ayudar a una mujer que sufre de algo así como histeria, pero al entrar al cuarto de la mujer, todo cambia. Sucesos inexplicables. Sangre. Gritos. Desesperación. Todo enmarcado en un hermetismo total, alimentado por el gobierno español, quien decide poner en cuarentena al inmueble, sin importar quienes se encuentren dentro del mismo. Hasta aquí, el manejo de la trama es excepcional, fuera de los típicos recursos del cine de horror, con un ritmo excelente que lleva de la mano al espectador a realizarse preguntas sin respuesta (como todo buen thriller psicológico). No hay nada claro, y eso precisamente es el gran acierto del filme. Por un lado, el tipo de realización, lo que se conoce como falso-documental (muy al estilo de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999)), en el que el punto de vista de casi toda la película, es a través del objetivo del camarógrafo; esto, aunado a la falta de música, le imprime un realismo estupendo.
Sólo hay un pequeño error secuencial, que puede pasar desapercibido y perdonado si tomamos en cuenta que el producto es bueno, sin embargo, tengo que señalarlo. La pifia se da en una toma directa cuando entrevistan a uno de los enclaustrados en el edificio, mientras se escucha su voz, hay un corte y acercamiento a uno de los muertos; la voz continua; corte y regreso al entrevistado; mientras estos pequeños cortes se dan, la voz no deja de escucharse. Error de edición que, para mi punto de vista, desmorona toda la cierta credibilidad que venía alimentado la película. Claro que este microscópico descuido, no demerita la intención bien lograda del filme.
Tan buena es la película, que Hollywood se dio cuenta de su potencial económico incluso antes de su estreno en España, cuando Screen Gems (división de Sony Pictures Entertainment) decidió comprar sus derechos para realizar un remake al estilo gabacho, que llamará Quarantine, y se estrenará en este mes de octubre de 2008, en Estados Unidos. El trailer del ‘refrito’ estadounidense ya se encuentra en la web, y a juzgar por las imágenes, está muy lejos de la película española, sin embargo, estoy seguro que tendrá una buena aceptación en taquilla.A pesar de que [REC] tiene un par de escenas que rayan en lo ridículo (como cuando la niña es descubierta como portadora del virus), rompe con algunos convencionalismos del cine de horror y utiliza otros que, prácticamente, resulta imposible dejar de lado cuando se aborda este tipo de cine (como el uso de los gritos, los claroscuros, los ‘monstruos’, en este caso, zombies). En general, es muy recomendable ver esta cinta, ya que tranquilamente cumple con su objetivo: asusta e inquieta. Y más allá de lo anterior, tomando en cuenta que el mundo del cine de terror actual se encuentra sitiado por remakes de filmes orientales, se agradece una buena película de habla hispana de dicho género. Claro, sin olvidar la nula aportación de México en este sentido, que se vanagloria con un Km 31 (2006) por ser una buena recaudadora en taquilla, pero que no aporta absolutamente nada; simplemente es una compilación de escenas y personajes de otros filmes de horror, aludiendo claramente a: Sé lo que hicieron el verano pasado (I know what you did last summer, 1997); El aro (The ring, 2002); hasta prácticamente parodiar a El espinazo del diablo (2001).
Dos jóvenes directores y guionistas del cine de horror español son Paco Plaza (Romasanta. La caza de la bestia, 2004) y Jaume Balagueró (Frágiles, 2005), quienes han apostado por este género, realizando películas bastante decentes. En el año 2006, decidieron aliarse para escribir un guión y dirigir una película de terror no convencional; el resultado fue [REC] (2007).
Es voz del propio Paco Plaza, “la idea era hacer una película de terror que implicara al mismo espectador. Vemos muchas películas en las que somos conscientes de que se trata de una ficción (por los actores, la música…). Queríamos romper un poco con eso y recurrimos al lenguaje de televisión, que parece más veraz”. Y para la crítica en general, lo consiguieron.
La película se trata de una reportera y su camarógrafo quienes se encuentran realizando un reportaje sobre la profesión, estilo de vida y situaciones de riesgo por las que pasan unos bomberos barceloneses. Todo parece rutinario, hasta que reciben una llamada de auxilio, se dirigen hacia un edificio en el que aparentemente sólo tienen que ayudar a una mujer que sufre de algo así como histeria, pero al entrar al cuarto de la mujer, todo cambia. Sucesos inexplicables. Sangre. Gritos. Desesperación. Todo enmarcado en un hermetismo total, alimentado por el gobierno español, quien decide poner en cuarentena al inmueble, sin importar quienes se encuentren dentro del mismo. Hasta aquí, el manejo de la trama es excepcional, fuera de los típicos recursos del cine de horror, con un ritmo excelente que lleva de la mano al espectador a realizarse preguntas sin respuesta (como todo buen thriller psicológico). No hay nada claro, y eso precisamente es el gran acierto del filme. Por un lado, el tipo de realización, lo que se conoce como falso-documental (muy al estilo de El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999)), en el que el punto de vista de casi toda la película, es a través del objetivo del camarógrafo; esto, aunado a la falta de música, le imprime un realismo estupendo.
Sólo hay un pequeño error secuencial, que puede pasar desapercibido y perdonado si tomamos en cuenta que el producto es bueno, sin embargo, tengo que señalarlo. La pifia se da en una toma directa cuando entrevistan a uno de los enclaustrados en el edificio, mientras se escucha su voz, hay un corte y acercamiento a uno de los muertos; la voz continua; corte y regreso al entrevistado; mientras estos pequeños cortes se dan, la voz no deja de escucharse. Error de edición que, para mi punto de vista, desmorona toda la cierta credibilidad que venía alimentado la película. Claro que este microscópico descuido, no demerita la intención bien lograda del filme.
Tan buena es la película, que Hollywood se dio cuenta de su potencial económico incluso antes de su estreno en España, cuando Screen Gems (división de Sony Pictures Entertainment) decidió comprar sus derechos para realizar un remake al estilo gabacho, que llamará Quarantine, y se estrenará en este mes de octubre de 2008, en Estados Unidos. El trailer del ‘refrito’ estadounidense ya se encuentra en la web, y a juzgar por las imágenes, está muy lejos de la película española, sin embargo, estoy seguro que tendrá una buena aceptación en taquilla.A pesar de que [REC] tiene un par de escenas que rayan en lo ridículo (como cuando la niña es descubierta como portadora del virus), rompe con algunos convencionalismos del cine de horror y utiliza otros que, prácticamente, resulta imposible dejar de lado cuando se aborda este tipo de cine (como el uso de los gritos, los claroscuros, los ‘monstruos’, en este caso, zombies). En general, es muy recomendable ver esta cinta, ya que tranquilamente cumple con su objetivo: asusta e inquieta. Y más allá de lo anterior, tomando en cuenta que el mundo del cine de terror actual se encuentra sitiado por remakes de filmes orientales, se agradece una buena película de habla hispana de dicho género. Claro, sin olvidar la nula aportación de México en este sentido, que se vanagloria con un Km 31 (2006) por ser una buena recaudadora en taquilla, pero que no aporta absolutamente nada; simplemente es una compilación de escenas y personajes de otros filmes de horror, aludiendo claramente a: Sé lo que hicieron el verano pasado (I know what you did last summer, 1997); El aro (The ring, 2002); hasta prácticamente parodiar a El espinazo del diablo (2001).
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