viernes, 8 de agosto de 2008

¿El cine es como la realidad o la realidad es como el cine?

Desde la prehistoria, el hombre siempre ha intentado retratar a la realidad. Desde las pinturas rupestres en las que plasmaba sus actividades, convirtiéndose en pintura ya como una disciplina transformada en arte. Ejemplo más fiel es la corriente pictórica impresionista, en la que el autor tenía que retratar fielmente a la realidad lo más que pudiera, tomar prestado un momento subjetivado, un lugar, una visión o un rostro para dejar una copia de algo posiblemente intangible en algo tangible: un cuadro.
Después llegó la fotografía, que en principio de cuentas, al igual que la pintura, nació por la necesidad del hombre por apropiarse de una rebanada de su realidad inmediata. En la actualidad, cuando observamos detenidamente una fotografía podemos percatarnos de muchísimos detalles que el ojo humano no puede percibir a simple vista, entonces, ¿cuál es nuestra realidad, la capturada por el lente de la cámara fotográfica o la que logramos ver con nuestros ojos, podríamos decir, en vivo?
Con el paso de los años y después de muchos experimentos, por fin la fotografía evolucionó, las imágenes fijas cobraron vida, nació el cine. De nuevo, por la necesidad del hombre de hacer suyo un fragmento de la realidad. Pero, ¿qué tan real es el cine con respecto a la realidad? Alguien podría decir, “pues basta ver El Señor de los Anillos para darnos cuenta que el cine es pura fantasía”, en ese sentido tendría razón, sin embargo, hay películas que, aunque parezcan concebidas por una mente retorcida, son tan reales como la realidad misma. Cuando en un noticiero escuchamos, “esta persecución fue como sacada de una película de acción”; por qué mejor no decimos, “la persecución de ‘tal’ película fue como sacada del noticiero de las seis”.
Muchas de las mejores películas de todos los tiempos han sido basadas en hechos reales, o creadas como ficción pero que son superadas por la realidad. Si volteamos a nuestro alrededor, no podremos percibir todas las situaciones que suceden en ese entorno, y mucho menos, en otros países. Por fortuna, para eso tenemos al cine. Hay cine que nos hace vivir nuevamente algo ya transitado, un déjà vu eterno, un vaivén arrítmico, fragmentado pero que es parte de un todo, de un mundo en el que nos tocó vivir o de un mundo en el que desearíamos estar. Entonces, ¿el cine es como la realidad o la realidad es como el cine? Nunca lo sabré.

No hay comentarios: