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El Fin del Mundo ha sido tema ha desarrollar en varias películas de Hollywood. Entre las que puedo mencionar, no debido a que el tratamiento del tópico en cuestión haya sido certero en su conjunto, sino únicamente como referencia, figuran: Día de Independencia (Independence Day, 1996), película en la que el patriotismo anglo se erige por sobre todas las cosas y por supuesto, nuestros vecinos del norte descubren la manera de salvar al mundo; otro ejemplo es Armagedón (Armagedon, 1998), cinta en la que un meteorito de enormes proporciones amenaza con destruir la Tierra pero no contaba con la audacia de… ¿a que ni saben de quién? Pues quien más, del país que siempre está al pendiente de salvar al mundo de cualquier amenaza, ya sea nuclear, de otros países, del terrorismo o de sus mismos compatriotas; por supuesto: Estados Unidos. Al parecer, en la gran mayoría (salvo escasas excepciones) de las películas de Hollywood que abordan el tema del acabose de la humanidad, el inicio y desenlace de su historia siempre se da en la tierra del tío Sam, y entre líneas o descaradamente ensalzan un nacionalismo gabacho con un discurso político en el que ellos siempre vencen al enemigo, sea quien sea y venga de donde venga, y de paso, le inyectan a su ejército cierta calidad de salvador, de ‘chicos buenos’.
Agradable sorpresa resultó la más reciente obra del realizador de cine M. Night Shyamalan, El Fin de los Tiempos (The Happening, 2008). El también director de El Sexto Sentido (The Sixth Sense, 1999) adapta al cine un cuento del escritor de bestsellers de terror y suspenso, Stephen King, en el que un virus desconocido ataca a las personas provocando que se dañen a ellas mismas, sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo. En este largometraje nuevamente la historia arranca y se desarrolla dentro del país más poderoso del mundo, sin embargo, el virus no es comprendido ni aniquilado ni confinado a sus límites territoriales. Este fin de los tiempos se les escapa de las manos a los gringos.
Mark Wahlberg (The Perfect Storm, 2000; The Departed, 2006) encarna a Elliot Moore, el personaje central del filme. La actuación de Wahlberg deja mucho qué desear ya que en todo el transcurso de la historia, no llega a forjarle una personalidad propia al personaje y por ende, no logra convencer. Su coprotagonista, Zooey Deschanel quien interpreta a Alma Moore, tampoco termina por imprimirle una dosis de buena actuación a la película. De hecho, la interpretación más creíble aunque somera, es la de John Leguizamo como Julian. Por otro lado, los efectos especiales son buenos, sin llegar a ser espectaculares. The Happening tiene chispazos de genialidad visual muy a lo Shyamalan. Como ejemplo, basta con recordar la secuencia de las repentinas muertes de los trabajadores de una construcción. La toma de ‘contrapicada’ en el momento que literalmente comienzan a llover personas, es verdaderamente genial.
Shyamalan no logró convencer incondicionalmente a los críticos ni al público en taquilla. Esto último obedece a que la película en cuestión no forma parte de los tipos de largometrajes que Hollywood programa para estrenarlos en verano, temporada de vacaciones escolares. Por lo general se busca proyectar historias de acción estrepitosa (Hulk, Indiana Jones) o cintas para toda la familia (Kung Fu Panda, Wall-E). Sin embargo, se le agradece al director nacido en la India por el atrevimiento de realizar este filme y estrenarlo en esta temporada del año, difícil para el cine de suspenso. Aunque El Fin de los Tiempos llega a caer en situaciones obvias, circunstancias que no impresionan en lo más mínimo al espectador, aún así vale la pena apreciar esta película del fin del mundo distinta a las demás.
Agradable sorpresa resultó la más reciente obra del realizador de cine M. Night Shyamalan, El Fin de los Tiempos (The Happening, 2008). El también director de El Sexto Sentido (The Sixth Sense, 1999) adapta al cine un cuento del escritor de bestsellers de terror y suspenso, Stephen King, en el que un virus desconocido ataca a las personas provocando que se dañen a ellas mismas, sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo. En este largometraje nuevamente la historia arranca y se desarrolla dentro del país más poderoso del mundo, sin embargo, el virus no es comprendido ni aniquilado ni confinado a sus límites territoriales. Este fin de los tiempos se les escapa de las manos a los gringos.
Mark Wahlberg (The Perfect Storm, 2000; The Departed, 2006) encarna a Elliot Moore, el personaje central del filme. La actuación de Wahlberg deja mucho qué desear ya que en todo el transcurso de la historia, no llega a forjarle una personalidad propia al personaje y por ende, no logra convencer. Su coprotagonista, Zooey Deschanel quien interpreta a Alma Moore, tampoco termina por imprimirle una dosis de buena actuación a la película. De hecho, la interpretación más creíble aunque somera, es la de John Leguizamo como Julian. Por otro lado, los efectos especiales son buenos, sin llegar a ser espectaculares. The Happening tiene chispazos de genialidad visual muy a lo Shyamalan. Como ejemplo, basta con recordar la secuencia de las repentinas muertes de los trabajadores de una construcción. La toma de ‘contrapicada’ en el momento que literalmente comienzan a llover personas, es verdaderamente genial.
Shyamalan no logró convencer incondicionalmente a los críticos ni al público en taquilla. Esto último obedece a que la película en cuestión no forma parte de los tipos de largometrajes que Hollywood programa para estrenarlos en verano, temporada de vacaciones escolares. Por lo general se busca proyectar historias de acción estrepitosa (Hulk, Indiana Jones) o cintas para toda la familia (Kung Fu Panda, Wall-E). Sin embargo, se le agradece al director nacido en la India por el atrevimiento de realizar este filme y estrenarlo en esta temporada del año, difícil para el cine de suspenso. Aunque El Fin de los Tiempos llega a caer en situaciones obvias, circunstancias que no impresionan en lo más mínimo al espectador, aún así vale la pena apreciar esta película del fin del mundo distinta a las demás.