jueves, 25 de junio de 2009

Transformers 2 y Megan Fox, o viceversa







Este 23 de junio llega a las salas de todo México la nueva película de Michael Bay, Transformers 2. La venganza de los caídos (Transformers: Revenge of the fallen, 2009). El filme del también director de La Roca (The Rock, 1996) se puede resumir en pocas líneas: mucha acción, hermosas locaciones de Estados Unidos, Egipto y Jordania, gran despliegue de efectos especiales (y no es para menos, se gastaron aproximadamente 200 millones de dólares en la producción), mujeres hermosas y, diálogos sosos. Ah, se me olvidaba, batallas entre robots extraterrestres pero con cualidades más humanas que los mismos humanos.
Empecemos con la historia. El joven Sam Witwicky (Shia LaBeouf) es el encargado, otra vez porque ya hizo lo propio en la primera entrega de esta saga, de salvar al universo de una guerra entre razas de robots que se transforman en autos, aviones, perros y demás; es decir, Transformers. Los robots buenos son los Autobots, y los malos se conocen como los Decepticons. Sam, como buen héroe insípido y predecible, apoyado por una agencia de la milicia estadounidense, por los Autobots, por su novia Mikaela (Megan Fox), por su viejo amigo el agente Simmons (John Turturro) y hasta por sus padres… ¿usted qué cree? ¡Logra salvar el universo! No estoy contando el final de la película, porque en este tipo de filmes todos sabemos como terminan, lo interesante (o devastador) es la manera en como te lo cuentan, y Transformers 2 falla en todo.
Las escenas de acción caen en el mismo error de Transfomers (2007). Los robots están tan detallados, y las tomas en general son demasiado cercanas que se vuelven imperceptibles, indistinguibles; no se disfrutan. Los diálogos en inglés de los robots extraterrestres no se entienden, están demasiado distorsionados.
Lo peor de todo es el guión, escrito por los responsables del mismo en Star Trek: Alex Kurtzman y Roberto Orci, a los que se sumó Ehren Kruger, escritor de aquella pequeña maravilla de Terry Gilliam, Los hermanos Grimm (The Brothers Grimm, 2005). Incomprensible, absurdo, incoherente, inadmisible y más allá de lo infantil (por usar algunos eufemismos) resulta el trabajo de estos tres escritores.
Teniendo en cuenta que la historia es de ciencia ficción, pero situada en la actualidad, el guión debía de apoyar el trabajo actoral para hacer un producto creíble, o por lo menos verosímil. Pero hay escenas de supuesto dramatismo (la “posesión” de Sam), de heroísmo (la escalada del agente Simmons en la pirámide para evitar que el Sol deje de brillar), o de amor (cuando Mikaela confiesa lo que siente por Sam) que resultan verdaderamente risibles.
Claro que no todo es negativo, hay dos o tres chispazos cómicos y por supuesto, Megan Fox, quien después de huir de varios Decepticons, viajar hasta Egipto, derrumbar algunas paredes, dormir como homeless, ocultarse en chozas y sortear disparos a diestra y siniestra, su ajustado pantalón continúa tan blanco como la nieve, hasta que por arte de magia, de una escena que corta inmediatamente a otra, aparece con algunas manchas, eso sí, nunca pierde el glamour.Transformers 2. La venganza de los caídos es un producto palomitero muy al estilo de las producciones de Michael Bay (Bad Boys, 1995; Bad Boys II, 2003; Armageddon, 1998) con muchas explosiones y nada más, pero con la diferencia de que dura casi tres horas.